12 de octubre de 2014

LA MUÑECA DE SAL

Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme, hasta que, por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de cuanto había visto hasta entonces.
—¿Quién eres tú? –le preguntó al mar la muñeca de sal.
Con una sonrisa, el mar le respondió:
—Entra y compruébalo tú misma.
Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta que apenas quedó nada de ella. Antes de que se disolviera el último pedazo, la muñeca exclamó asombrada:
—¡Ahora ya sé quién soy!
 
  • REFLEXIÓN: A veces no sabemos cual es realmente nuestra identidad hasta que no nos integramos en el medio adecuado, en el grupo adecuado... en definitiva, hasta que nos diluimos en el sitio donde realmente somos felices.