6 de julio de 2017

EL OASIS

A un oasis llegó un joven, tomó agua, se aseó y preguntó a un anciano que se encontraba descansando:
—¿Qué clase de personas viven aquí?
El anciano preguntó:
—¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?
—Un montón de gente egoísta y mal intencionada –replicó el joven. Estoy encantado de haberme ido de allí.
A lo cual el anciano comentó:
—Lo mismo encontrarás en este lugar.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
—¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
—¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
—Oh, de donde yo vengo hay personas magníficas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
—Pues lo mismo encontrarás aquí –respondió el anciano.
Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
—¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?
A lo que el viejo contestó:
—Cada uno de nosotros sólo puede ver lo que lleva en su corazón. Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa distinta aquí ni en ninguna otra parte.
 
  • REFLEXIÓN: Atraemos a las personas, situaciones e ideas que están en armonía con nuestros pensamientos y emociones dominantes. Es probable que si estamos contentos o felices nos sucedan cosas positivas, ya que atraeremos a personas, ideas y circunstancias que reflejen este estado. Lo mismo ocurre cuando estamos de mal humor. Suele ser cuando peor nos salen las cosas.