Esto era un billete de 100 € y otro de 5 € que se encontraban en una bolsa de cualquier banco de la ciudad.
Mientras se encontraban uno al lado del otro, el billete de 5 € le preguntó a su compañero:
—Oye, amigo, ¿dónde has estado? No te he visto en mucho tiempo.
El de 100 € respondió:
—Amigo, ¡Vaya que he tenido trabajo! He viajado a países distantes, también a los restaurantes más finos, a los casinos y bares más grandes y lujosos. También he estado en numerosas boutiques y en los centros comerciales de lujo. De hecho, justo en esta semana estuve en una final de fútbol, también estuve con grandes astrólogos y brujos, y en los grandes cabarets de París... ¡He hecho todo eso!
Después de haber descrito todos esos grandiosos viajes, el billete de 100 € le preguntó al de 5 €:
—¿Y a ti cómo te ha ido? ¿Dónde has estado?
El billete de 5 € respondió un poco decepcionado:
—Bueno yo..., yo he estado en una Iglesia Ortodoxa, en una Metodista, y también en una Iglesia Católica...
—¡¡¡Espera, espera, detente un minuto!!! –gritó el billete de 100 € muy confundido–. Pero ¿qué es una iglesia?
- REFLEXIÓN: Con cierto humor e ironía, el relato nos habla de lo que por regla general ocurre en nuestras iglesias, y es que los donativos son cada vez más escasos. No nos damos cuenta de que regalamos “la calderilla” que nos sobra, pero casi nunca hacemos un esfuerzo real por entregar de lo que realmente nos es necesario para vivir. Quizá el relato nos pueda hacer reflexionar sobre nuestro egoísmo y sobre la necesidad de compartir con otros lo que tenemos.