6 de septiembre de 2016

DESTRUIR O CREAR

Cuenta la tradición que en cierta ocasión un bandido llamado Angulimal fue a matar a un sabio. El sabio le dijo: 
—Antes de matarme, ayúdame a cumplir un último deseo: corta, por favor, una rama de ese árbol.
Angulimal le miró con asombro, pero resolvió concederle aquel extraño último deseo, y de un tajo el bandido hizo lo que el sabio le pedía. Pero luego el sabio añadió:
—Ahora, vuelve a pegar la rama al árbol para que siga floreciendo.
—Debes estar loco –contestó Angulimal– si piensas que eso es posible.
—Al contrario –repuso el sabio–, el loco eres tú, que piensas que eres poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar.
 
  • REFLEXIÓN: La bondad es infinitamente más poderosa que la violencia y la maldad. Lo realmente difícil es amar a quien nos hace daño. Hacer cosas positivas y generosas por los demás es más difícil, aunque más gratificante, que dedicarnos a difamar, destruir y hundir a otros.