27 de febrero de 2016

AMOR, BIENESTAR Y ÉXITO

Una mujer salió de su casa y vio tres viejos con una larga y blanca barba sentados en el jardín. Ella no los conocía. Les dijo: 
—Yo no los conozco, pero deben estar hambrientos. Por favor pasen adelante y coman algo en mi casa.
—¿Está el hombre de la casa? –preguntaron a la mujer.
—No –dijo ella–, está fuera.
—Entonces no podemos entrar –replicaron ellos.
Por la tarde, cuando el marido regresó, la mujer le contó lo que había sucedido.
—Ve entonces afuera y diles que ya estoy en casa, e invítalos a pasar.
La mujer salió e invitó a los viejos a entrar.
—Nosotros no entramos a una ninguna casa juntos –replicaron ellos.
—¿Por qué? –quiso saber la mujer.
Uno de los viejos explicó:
—Su nombre es Bienestar –dijo señalando a uno de sus amigos, y señalando al otro– él es el Éxito, y yo soy el Amor.
Luego, añadió: 
—Ve a tu casa y discute con tu esposo cuál de nosotros quieren ustedes que entre en su casa esta noche.
La mujer entró a su casa y le contó a su esposo lo que los viejos habían dicho. El esposo estaba muy contento. ¡Qué agradable visita! y dijo:
—Siendo así invitemos a Bienestar, dejémoslo entrar y que llene nuestro hogar con riqueza y bienestar. 
La esposa no estuvo de acuerdo y replicó:
—Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La nuera de ambos estaba escuchando desde la otra esquina de la casa. Ella hizo su propia sugerencia: 
—¿No sería mejor invitar al Amor? ¡Nuestra casa estaría llena de amor!
—Deberíamos escuchar el consejo de nuestra nuera –dijo el esposo a la esposa–. Ve e invita al Amor para que sea nuestro huésped.
La mujer salió y preguntó a los tres viejos:
—¿Cuál de ustedes es Amor? Por favor, entra y sé nuestro huésped.
Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y lo siguieron. La mujer, sorprendida, le preguntó a Bienestar y Éxito: 
—Yo solo invité al Amor, ¿por qué están ustedes entrando también?
Los tres viejos respondieron a la vez:
—Si hubiesen invitado al Bienestar o al Éxito, los otros dos hubiésemos permanecido fuera, pero como invitaron al Amor, a cualquier lugar que él vaya, nosotros vamos con él.
 
  • REFLEXIÓN: ¡Donde hay Amor, hay también Bienestar y Éxito! Porque el Amor es el don más grande y generoso que hay. Así pues, debes poner Amor en todas las cosas de tu vida y así te llegará el Bienestar y el Éxito... o cualquier otra cosa que necesites.

8 de febrero de 2016

EL GENIO DE LA LÁMPARA

El genio de la lámpara estaba tan harto de las continuas peticiones de su amo que un día se apareció a él y le dijo:
—He decidido concederte las tres cosas que desees pedirme. Después no volveré a concederte nada más.
Lleno de gozo, el amo hizo su primera petición sin pensárselo dos veces. Pidió que muriera su mujer para poder casarse con una mejor. y su petición fue inmediatamente atendida.
Pero cuando sus amigos y parientes se reunieron para el funeral y comenzaron a recordar las buenas cualidades de su difunta esposa, el amo cayó en la cuenta de que había sido un tanto precipitado. Ahora reconocía que había sido absolutamente ciego a las virtudes de su mujer. ¿Acaso era fácil encontrar otra mujer tan buena como ella?
De manera que pidió al genio que la volviera a la vida, con lo cual sólo le quedaba una petición que hacer. Y estaba decidido a no cometer un nuevo error, porque esta vez no tendría posibilidad de enmendarlo. Y se puso a pedir consejo a los demás. Algunos de sus amigos le aconsejaron que pidiese la inmortalidad.
—Pero ¿de qué servía la inmortalidad -le dijeron otros- si no tenía salud?
¿Y de qué servía la salud si no tenía dinero?
¿Y de qué servía el dinero si no tenía amigos?
Pasaban los años y no podía determinar qué era lo que debía pedir: ¿vida, salud, riquezas, poder, amor...?
Al fin suplicó al genio:
—Por favor, aconséjame lo que debo pedir.
El genio se rió al ver los apuros del pobre hombre y le dijo:
—Pide ser capaz de contentarte con todo lo que la vida te ofrezca, sea lo que sea.
 
  • RELEXIÓN: Difícil eso de conformarse y contentarse con lo que la vida nos da, pero una gran lección. No se trata de ser conformistas, es bueno luchar por tener cada día lo mejor, se trata de que la ambición no gobierne nuestra vida y nos haga ser infelices porque nunca estemos contentos con lo que tenemos.