Está en la naturaleza del tigre ser agresivo como en la de la vaca ser pacífica. Un tigre iba siguiendo sigilosamente a una vaca para saltar sobre ella y devorarla en el momento oportuno, pero ésta se dio cuenta, se volvió y dijo:
—Amigo tigre, sé que me vas a matar.
—Así es, vaca, porque está en mi naturaleza matar.
—Pero te pido un favor. Tú eres un tigre orgulloso y no puedes defraudarte a ti mismo. Sé que me lo concederás. Tengo que dar de mamar a mi ternero, porque ya es la hora para ello y me está esperando en el establo. Le daré de mamar y te prometo que volveré.
El tigre vaciló unos instantes. Pensó: «Un hombre se puede defraudar a sí mismo, pero un tigre como yo, no». Repuso:
—Vaca, ve a alimentar a tu ternerito.
La vaca fue al establo, alimentó a su cría y le explicó que tenía que volver y entregar su cuerpo, como había prometido al tigre. El ternero no quería que se fuera, pero la vaca le explicó:
—Mi muy querido hijo, si también las vacas comenzamos a faltar a nuestras promesas, ¿qué será del mundo?
Le dio un lametón al ternero y se fue a buscar al tigre. Al verlo, le dijo:
—Sé que está en tu naturaleza matar, amigo mío. Así que aquí me tienes. Ahora este cuerpo te pertenece.
El tigre se quedó pensativo. Después de unos instantes, afirmó:
—Querida vaca, eres estupenda. Has cumplido tu promesa, incluso teniendo que abandonar a tu hijo y dar tu cuerpo. Ahora comprendo por qué eres tan pacífica: porque eres fiel a ti misma. No te comeré, al contrario, me has hecho sentir tanto afecto por ti que mi naturaleza ha cambiado. Te consideraré a partir de hoy mi hermana, y a tu ternero mi familia. Así que vete en paz.
- REFLEXIÓN: Incluso el más fiero puede transformar su naturaleza y modificar sus pensamientos malvados. Un ser humano debería tener más aptitudes que un tigre, aunque también tendría que ser menos fiero que éste y no siempre lo es. El tigre y la vaca consiguieron respetarse a sí mismos, pero el ser humano no siempre lo hace. No siempre valora sus promesas y su lealtad. El hombre no siempre es como es, pero podría empezar a ser como quisiera ser. El andamiaje de nuestra psicología puede «desaprenderse» para mejorarse; pero no hay milagros, cambia el que se hace la firme resolución de cambiar y pone los medios oportunos para ello.