27 de junio de 2013

SE BUSCAN PROFESORES

Los animales que vivían en el bosque decidieron que había llegado la hora de abrir una escuela para sus pequeños.
Los que tenían a su cargo la proyectada escuela pusieron un anuncio en los periódicos locales que decía:
«Se necesitan profesores para escuela nueva. Entrevistas el domingo por la mañana. Sólo se admiten solicitudes de quienes tengan títulos adecuados».
El domingo por la mañana los presuntos profesores esperaban fuera de la sala de entrevistas.
El primero en aparecer ante el comité seleccionador fue un gorrión. Tímidamente dijo:
—Deseo solicitar el puesto de profesor de canto.
La comisión comenzó a preguntar al pequeño gorrión.
—¿Sabe cantar? –le preguntaron–. ¿Es un cantor con experiencia?
—Desde luego; canto muy bien. Llevo cantando desde el día que nací –contestó el gorrión.
Dicho esto comenzó a cantar una armoniosa y delicada melodía. De repente, la comisión le interrumpió.
—No nos interesa lo bien que sepa cantar. Lo que queremos saber es dónde ha aprendido y los títulos y diplomas que posee. No podemos tomar en cuenta su petición a menos que posea títulos adecuados.
El gorrión se quedó desconcertado.
—Yo sé cantar, como han oído; pero no poseo diplomas ni títulos –dijo.
—En tal caso, no podemos admitirle –dijo bruscamente la comisión–. No nos interesan profesores sin título.
El siguiente candidato entrevistado fue un delfín.
—Deseo ser empleado como preceptor de natación en su nueva escuela –dijo.
—¿Dónde ha aprendido a nadar? –preguntó la comisión–. Es de suponer que tendrá un título o certificado de alguna institución de natación.
El delfín movió la cabeza apesadumbrado.
—Lo siento –dijo–. Soy un excelente nadador y un profesor amable y benévolo, pero no poseo títulos.
La comisión le despidió sin escucharle más.
—No tenemos en cuenta las solicitudes de quienes no poseen títulos –dijeron.
Uno tras otros, fueron entrevistados el resto de los solicitantes. Las abejas dijeron:
—Deseamos solicitar el puesto para la sección de trabajos manuales de su escuela. Nuestras colmenas son una maravilla de formas intrincadas y un primor. Somos pacientes y laboriosas. Seríamos buenas profesoras de manualidades.
Pero al enterarse de que no poseían título alguno, la comisión las rechazó.
Un ciervo solicitó dar clases de carreras, y un mono pidió el puesto de preceptor de gimnasia. Una araña quería enseñar a los pequeños a hilar. Todos ellos fueron rechazados por carecer de los necesarios requisitos.
Al final la comisión decidió que no era posible abrir una nueva escuela por falta de personal bien instruido y titulado.
 
  • REFLEXIÓN: La educación es un proceso que abarca a todo el ser humano. Supera con mucho la instrucción que se puede ofrecer en las instituciones de enseñanza. En nuestra sociedad sufrimos el síndrome de “titulitis”, conocido por no aceptar a quien no tiene un título que lo avale y lo encasille, sin pensar que hay cosas en la vida que se aprenden sin necesidad de un manual de instrucciones. Una educación muy exclusiva puede ser una educación muy pobre para la vida.

7 de junio de 2013

EL PEZ VELOZ

Había una escuela de peces pequeños, que vivían felices en el océano. Uno de ellos tenía dotes tan extraordinarias que sus amigos le dieron un apodo. Le llamaban “el veloz”.
Un día un pez enorme pasó junto a la escuela mirando a todos como un inocente transeúnte, hasta que, de pronto, se los tragó a todos. A todos excepto a “el veloz”, que se las ingenió para escapar.
“El veloz” escapó porque, al ser pequeño, era muy cauteloso siempre que veía un pez más grande que él. Era tan rápido y ágil que ponía furiosos a los peces grandes, saltando por encima de ellos y desapareciendo luego como una flecha antes de que pudieran cogerle.
“El veloz” estaba resuelto a explorar todas las bellezas del mundo subterráneo y no quería dejar que el miedo se lo impidiera. Mientras que el resto de sus amigos estaban comiendo, él proseguía valientemente sus viajes de descubrimientos solo.
Mucho tiempo después encontró otra escuela de peces pequeños exactamente igual que la suya. ¡Qué feliz se sintió de encontrar de nuevo compañía!
Ellos le escuchaban embelesados cuando les describía los espectáculos que había contemplado y los lugares que había visitado. Les habló de la triste suerte de la última escuela de la que había formado parte, y ellos admitieron que también tenían miedo de los peces grandes.
Pero “el veloz” era listo y había aprendido mucho acerca de cómo sobrevivir en sus solitarios viajes por el océano.
—Escuchadme -les dijo a los peces pequeños-. Sólo hay una manera de seguir vivos y de disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece. Debemos unirnos y permanecer juntos. Agrupémonos de tal manera que parezcamos un pez enorme, y de esa manera infundiremos temor a todos los peces grandes y nos dejarán solos.
Los peces pequeños se agruparon en forma de un pez, con “el veloz” delante como el ojo vigilante de una criatura simulada. Viajando en formación, exploraron el mar feliz y tranquilo. A partir de entonces, los peces grandes les temían y respetaban.
 
  • REFLEXIÓN: Todos pertenecemos a grupos y somos miembros de la sociedad. A nosotros nos toca decidir si nos alineamos con los poderosos o con los impotentes. Por otro lado “protegiéndose mutuamente es como vive la gente”, este dicho nos recuerda que todos somos responsables los unos de los otros y de las estructuras sociales a las que pertenecemos.