1 de agosto de 2016

EL GRAN REGALO DEL REY

Había una vez un rey sabio y amado que se preocupaba mucho por sus súbditos y deseaba sólo lo mejor para ellos. Los súbditos sabían que el rey tenía un interés personal en sus asuntos y trataba de comprender cómo afectaban éstos a las decisiones de sus vidas.
De manera periódica, el rey se disfrazaba y vagaba por las calles, tratando de ver la vida desde la perspectiva de ellos.
Un día se disfrazó como un pobre aldeano y fue a visitar los baños públicos. Muchas personas allí disfrutaban de compañía y relajación. El agua de los baños se calentaba en un horno en el sótano, donde un hombre era responsable de mantener el nivel de comodidad del agua.
El rey llegó al sótano para visitar al hombre que, incansable, atendía el fuego.
Ambos hombres comieron juntos y el rey se hizo amigo del solitario encargado. Día tras día, todas las semanas, el rey iba a visitar al fogonero.
El hombre del sótano pronto se convirtió en algo muy cercano para su extraño visitante, porque bajaba al sótano donde se encontraba. Nunca nadie le había mostrado tanta preocupación y cuidado.
Un día el rey reveló su verdadera identidad a su amigo. Fue algo arriesgado, ya que temía que el hombre le pidiera favores especiales o un regalo. En lugar de eso, el nuevo amigo del rey lo miró a los ojos y le dijo: 
—Dejaste tu cómodo palacio para sentarte conmigo aquí, en este sótano caliente y húmedo. Comiste mi humilde comida y me mostraste de manera genuina que te preocupabas por lo que me ocurre. A otras personas podrías darles ricos regalos, pero a mí me has dado el mayor de todos. Me diste el regalo de ser tú mismo.
 
  • REFLEXIÓN: La preocupación y el desvelo por los demás nos hacen realmente seres maravillosos. Se trata de empatizar, de ponernos en la situación de otros, de sentir de verdad los problemas de los demás. Sólo en esos momentos es cuando ofrecemos nuestro mejor y mayor regalo: la autenticidad de ser nosotros mismos, de poder mostrarnos como somos realmente y dar con generosidad lo que hay de bueno en nuestro interior.