Cuando Kruschev pronunció su famosa denuncia de la era stalinista, cuentan que uno de los presentes en el Comité Central dijo:
—¿Dónde estabas tú, camarada Kruschev, cuando fueron asesinadas todas esas personas inocentes?
Kruschev se detuvo, miró en torno por toda la sala y dijo:
—Agradecería que quien lo ha dicho tuviera la bondad de ponerse en pie.
La tensión se podía mascar en la sala. Pero nadie se levantó.
Entonces dijo Kruschev:
—Muy bien, ya tienes la respuesta, seas quien seas. Yo me encontraba exactamente en el mismo lugar en que tú estás ahora.
—¿Dónde estabas tú, camarada Kruschev, cuando fueron asesinadas todas esas personas inocentes?
Kruschev se detuvo, miró en torno por toda la sala y dijo:
—Agradecería que quien lo ha dicho tuviera la bondad de ponerse en pie.
La tensión se podía mascar en la sala. Pero nadie se levantó.
Entonces dijo Kruschev:
—Muy bien, ya tienes la respuesta, seas quien seas. Yo me encontraba exactamente en el mismo lugar en que tú estás ahora.
- REFLEXIÓN: Decir la verdad tal como uno la ve requiere mucho valor cuando uno pertenece a una institución. Pero desafiar a la propia institución exige aún más valor. Eso es lo que se espera de nosotros: que mantengamos siempre nuestra postura cuando creamos que es justa, y no nos dejemos avasallar por el poder.