21 de julio de 2012

EL TRONCO SECO

Un árbol fue abatido por el viento.
Con el paso del tiempo su raíz se secó, perdió sus verdes hojas y se convirtió en un tronco seco. Ahora sentía envidia de otros árboles y se quejaba día a día añorando otros tiempos.
El viento, que no sabe guardar secretos, llevó los lamentos del tronco seco a la casa de un escultor.
Después de muchos meses de trabajo, el tronco seco se convirtió en una hermosa escultura que es admirada por todos en un famoso museo.
El tronco seco ya no se queja ni siente envidia de otros árboles; tampoco añora aquellos tiempos en los que tenía verdes hojas y un porte esbelto. Ahora da gracias al viento por haberle abatido y haber llevado al escultor su lamento.

  • REFLEXIÓN: Cuando algo nos sale mal, no debemos sufrir, siempre hay posibilidad de que se nos ofrezcan otras alternativas, sólo hay que estar atento y saber mirar. Personalmente, si carecemos de una cualidad, una habilidad o un talento, siempre podremos descubrir en nosotros otros que sean igual de valiosos.

5 de julio de 2012

LA DENUNCIA

Un hombre se acercó al puesto de guardia para denunciar que le habían robado su burro. Los policías le exigieron que explicase bien los detalles de lo que había sucedido. Después de oírle, uno de los guardias le dijo un tanto enfadado.
—Ha tenido usted muy poco cuidado; sí, ha sido bastante negligente. ¿Cómo se le ocurre cerrar la puerta del establo con una cerradura tan débil en lugar de poner varios cerrojos?
Otro de los guardias dijo:
—Ha sido una insensatez permitir que desde la calle se pudiera ver la cabeza del burro. ¿Acaso no pudo haber levantado más el muro, para ocultar bien al animal?
Un tercer guardia intervino:
—¿Dónde estaba cuando le robaron el burro? Si se hubiera quedado allí atento, habría visto al ladrón llevarse al jumento.
Entonces el denunciante, dueño del burro, al límite de su paciencia, dijo:
—Señores guardias, me parece acertado hasta cierto punto lo que están alegando, pero supongo que alguna culpa ha de tener también el ladrón que me lo robó, ¿o no?

  • REFLEXIÓN: En las relaciones afectivas a menudo se tiende a culpar a los otros. Ésta es una actitud incorrecta, puesto que no somos jueces de los demás. Esta conducta daña con frecuencia las relaciones humanas y está en el lado opuesto a la comprensión y a la tolerancia. Culpabilizar a los demás es una tendencia que tenemos todos al tratar de vigilar, acechar y corregir a nuestros semejantes. Es más fácil ver los defectos en los demás que en nosotros mismos.